El título podría ser un parafraseo a Asimov, pero no,
simplemente responde a mi presentación de un trabajo para la cátedra de Diseño
Industrial I - Rondina. Creo que les había comentado que pensaba volver a la
facultad, pero si no fue ahí va la noticia: Volví y ahora voy por la tercera
dimensión.
Pues bien sin más preámbulo he aquí el resultado:
Extracto del diario de Mate,
Sábado 18 de Abril.
Son las 7 y siendo sábado me toca amanecer. La preparación
en esta casa es religiosa, ponerme la yerba en el ángulo correcto, luego el
correspondiente zarandeo para que baje el polvillo y armar correctamente la
montañita.
Ni la bombilla, ni el agua entran de cualquier forma, todas las vueltas la misma historia.
Creo que son cerca de las 8 porque ya anduve de mano en mano
y las facturas que comenzaron siendo cuantiosas ya casi no quedan.
Siendo sábado se que voy a salir a la calle, aunque todavía
no se bien hacia donde, hay días que terminan muy relajados de caminata o en el
parque, hay otros que termino en una oficina.
Bueno ahora si, siendo las 9 estoy listo para salir, solo me
falta que me metan en el bolso junto con mis compañeros inseparables.
Paso casi una hora y resulto que el trío dinámico apareció en
la oficina, y una vez listos vamos todos a cumplir con nuestras tareas. No me
gustan los días acá, somos pocos, no hay sol y suelen olvidarse de mi.
Creo que van a ser las 10:30 y apareció un nuevo compañero, cuando
aparecen comestibles siempre se consumen, pero me encanta porque quiere decir
que se van a olvidar menos de cebarme.
Van a ser las 12:30 y como siempre me han abandonado, hasta
voy a tener que esperar para estar limpio.
Van a dar las 15 y veo que me llevan a lavarme, seguro que
ya nos vamos.
Bueno he pasado un tiempo larguísimo en el bolso, por suerte
tengo a mis compañeros porque esto se hace eterno.
Veo la luz nuevamente y me doy cuenta que son las 16, estoy
otra vez en casa, y vislumbro que hoy será tarde de estudio, con suerte hoy la
ronda es grande y no me aburro.
El estudio y yo, yo y el estudio; si que soy importante.
Ya son las 19, es de noche y sigo de ronda con un montón de
otros colegas que se dedican a otras cosas. Si bien casi me la pase con una
sola persona, no se olvidó de mí en toda la tarde.
Estoy tan cansado ya, el día es largo por suerte ya me lavan
porque ya son las 8 de la noche y es raro que a esta hora siga dando vueltas.
Volví a mi lugar de descanso a las 22, mi amigo me cuenta
que me extraño, que volví tarde y que encima él ni salió con lo cual su día fue
un embole; en definitiva, que no veía la hora de que volviera para poder
contarle mi día.
