martes, 20 de octubre de 2015

Resignificando las fechas

Antes que nada sé que me está costando escribir en el blog. Con tantas ocupaciones siempre termina siendo la tarea eternamente pendiente, aún cuando sea una de las cosas a la que más me gustaría dedicarme. Por lo tanto pido disculpas a quien sigue mi blog y espera las novedades. Espero que mi nueva agenda me permita mejor contacto.

Ahora, yendo a lo que me convoca. En Argentina acaba de pasar un nuevo día de la madre. Si bien todos sabemos que este día es sobretodo comercial, no deja de dar espacio para poder conmemorar, agasajar, festejar y/o al menos pensar en las madres.

La reflexión más interesante que encontré en este día llego de manos de una de mis periodistas favoritas a la hora de escribir sobre la mujer, Sonia Tessa.


"No van a leer en este muro frases edulcoradas sobre la maternidad y las madres. Ya sé que dirán: vos porque no sos mamá. No lo soy, así lo decidí. Creo que la maternidad puede ser una maravilla o un infierno. Y tantas veces las dos cosas simultáneamente. Que sólo el deseo debería poner en marcha esa experiencia. Pero además, si hablamos en singular, creo que las madres pueden ser amorosas o feroces. Y algunas veces, feroces de tan amorosas. Nada está dicho de antemano. Cada madre lo es en singular con cada uno de sus hijos, y la maternidad es un vínculo que se va construyendo día a día, con contradicciones. Para mí, el exceso de amor ahoga, y “la maternidad es una demencia si una no conserva algo de egoísmo” (como escribió Marta Dillon en su libro “Aparecida”). Es una demencia tanto para la madre –que se expropia de sí misma- como para lxs hijxs paralizadxs en esa completud. Ya sé que este post va a traer polémica, por eso lo hago. Hace un tiempo una amiga me preguntó: “¿en serio vos crees que la maternidad es un mandato?” Sí, lo creo. Como la heterosexualidad. Lo que no quiere decir que, una vez corridos esos mandatos, se pueda elegir lo que se desee, siempre. Admiro a mis amigas madres. Y mi hermana encontró en su maternidad un lugar en el mundo. Las quiero, adoro a sus hijos. Soy feminista: saludo la decisión libre de cada mujer sobre su vida. Querés ser madre, te alienta el deseo de dar la vida, cobijarla, acompañarla y después dejarla volar con sus propias alas, te aplaudo y te saludo (jubilosa, para mis amigxs canallxs) con admiración. Pero en este día en que los discursos se ponen tan uniformes, reivindico que no siempre las madres son maravillosas, que a veces hacen daño. Que no siempre es madre la que “dio la vida”, sino que hay múltiples formas de maternar. Que la maternidad puede ser también una tarea colectiva (para eso, hay que dejar aire para que entren otrxs en la relación). Y quiero hablar de aborto como una de las necesarias opciones de la maternidad. Porque un hijo sólo puede ser deseado si es posible no tenerlo. Y sí, soy tan jodida que elijo el día de la madre para seguir hablando de aborto."

Este pensamiento me llega en un momento muy especial, en el que elegí ser madre y estando en la dulce espera. Para mi festejar este día de la madre fue más una reflexión sobre mi momento personal que cualquier otra cosa. Porque en realidad lo importante en este momento no es que yo sea madre, sino de la pequeña criatura de decidí traer al mundo, de este deseo se está convirtiendo en realidad y que todo esto conlleva un montón de decisiones que se van tomando (algunas más conscientes de otras).

En definitiva incluso la decisión de ser madre no fue fácil ni sencilla y, a partir de ahí, los caminos que uno decide tomar son cada vez más y más. No solo eso, además son sinuosos, nada claros y mayoritariamente ambiguos. Uno solo esperar lograr dar lo mejor de uno; como bien menciona Sonia ni ahogar con el amor, ni ser una pesadilla.


Solo tiempo dirá qué clase de madre resulte ser, mientras tanto celebro la llegada de un nuevo ser deseado y esperado. Ojalá en un futuro no muy lejano todas las madres puedan celebrar lo mismo y que todos los hijos puedan decir que llegaron por las mismas circunstancias. 

Por otro lado y a título totalmente personal agradezco a la vida por haberme cruzado con Sonia. Fue mentora, luego compañera, una amiga, una persona enseño sobre la pasión, la escritura y muchas cosas más; y todo de manera excelente.

Si querés saber más sobre Sonia Tessa podés seguirla en Twitter desde aquí o en Facebook desde aquí.

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